unidad más real por provenir de una conciencia posterior, por haber sido descubierta para fragmentos a los que no les faltaba más que reunirse, es una unidad que, como se desconocía, es vital y variada y no interfiere en la ejecución de la obra, ni tiene una base en la lógica común. Es como una reflexión sobre la totalidad, que se compone sin embargo aparte, y que no está exigida por el desarrollo artificial, es decir puramente teórico y no artístico de una tesis. Wagner, como Vinteuil, ha experimentado, según Proust, que el gozo del creador supera la tristeza del poeta. Es de señalar, por otra parte, la constante conjunción de músicos y artistas reales e imaginarios, así como de sus obras, muy propia de la Recherche (V, 171-1 72), (lll, 160-161). Y reaparece enseguida, el problema de la realidad del arte opuesta al mero oficio, a lo que Kant llamaba arte mecánico, frente al arte del genio (aunque éste tenga también un aspecto de oficio aprendible): como las pretendidas sistematizaciones de tantos escritores mediocres. Es una una originalidad profunda, irreductible, reflejo, en apariencia, de una realidad sobrehumana, pero producto de un trabajo industrioso? Si el arte no es nás que esto, no es más real que la vida, y yo no tenía por qué lamentar tanto no dedicarme a él (V, 172-173), (lll, 161-162). ¿Será esa habilidad la que da a los grandes artistas Ia ilusión de joven y los martillazos de Sigfrido, y es como si Wagner lo invitase a compartir su gozo. En aquellas frases, la habilidad técnica del obrero tenía la función sólo de hacerlas dejar más libremente Iatierra para explorarel infinito, no tanto como cisne de Lohengrin, sino como el aparato material del nuevo pájaro mitológico que es el avión (V, 173), (Ill, 162). El autor accede a la autocontemplación y el lector a la creación. Más adelante, con la ejecución del septeto de Vinteuil, se podrá ver lo que ya anticipa este párrafo: que la realidad del arte, si bien requiere un trabajo de obrero, no consiste esencialmente en esta habilidad, en lo que también coincide con Kant. Por otra parte, Ia muerte de Bergotte provoca en el narrador una reflexión que precede a la ejecución del septeto de Vinteuil y que plantea incógnitas sobre la realidad del arte y del alma individual, que se relacionan con la "patria 85 Pero, mientras sigue tocando Tristán, el héroe imagina la risa inmortalmente
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