los enanillos podrán comprobar el peso diferente de los dos cuerpos. Ahora la mano desciende y los enanillos observan una diminución en el peso de los cuerpos; buscarán la causa de ello y notarán que su residencia, la mano, desciende relativamente a los cuerpos circundantes, las paredes de la habitación. Pero podemos encerrar los enanillos, con los dos cuerpos de ensayo, en un cajón cerrado y mover éste hacia abajo con la mano. Entonces los observadores, dentro del cajón no verán nada que les permita conocer el movimiento del cajón. Sólo podrán comprobar el hecho de que el peso de todos los cuerpos en el cajón disminuye por igual. Si la mano mueve el cajón con rapidez tal que los objetos dentro de él se quedan atrás, los observadores en el cajón verán admiradísimos que esos objetos, de peso bastante notable, vuelan hacia arriba; adquieren un peso negativo o, mejor dicho, la fuerza de la gravedad no actúa ya hacia abajo, sino hacia arriba. Y los dos cuerpos, a pesar de su diferente peso, ascienden con igual rapidez. Los enanillos del cajón pueden explicar estas observaciones de dos maneras: o bien piensan que el campo de gravedad permanece inalterado, pero que el cajón recibe una aceleración en la dirección del campo, o admiten que las masas atractivas en el suelo del cajón han desaparecido y, en cambio, han aparecido otras en el techo, cambiando así la dirección de la gravedad. Nosotros preguntamos ahora: ¿Hay algún medio para decidir entre ambas posibilidades, haciendo experimentos dentro del cajón?
Debemos contestar que la física no conoce medio alguno. Efectivamente, la acción de la gravedad no se distingue en nada de la acción de la aceleración; ambas son enteramente equivalentes. Ello obedece esencialmente a que todos los cuerpos caen con igual rapidez; si no fuese así, podría distinguirse al punto si un movimiento acelerado de cuerpos con diferente peso es producido por la atracción de masas extrañas, o sólo es la resultante aparente de una aceleración de la residencia del observador. Pues en el primer caso los cuerpos de diferente peso moveríanse con diferente rapidez, y en el segundo la aceleración de todos los cuerpos libremente movibles con respecto al obser-