Página:La teoría de la relatividad de Einstein.djvu/366

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

361
La teoría general de la relatividad.

último término, a la negación de todo sentido científico; pues ¿de qué sirve—pregunta el sentido común del hombre ordinario—ocuparse de la relatividad o de los rayos catódicos, si tal actividad, evidentemente, no es propia para ganar dinero?

Continuemos ahora considerando la mecánica celeste desde el punto de vista de Einstein, y pasemos a los campos gravitatorios locales, que, a consecuencia de existir masas planetarias, se asientan en el campo cósmico.

No podemos extendernos mucho sobre estas investigaciones de Einstein, porque en ellas se trata principalmente de deducciones matemáticas inferidas de las ecuaciones de los campos.

El problema más sencillo es determinar el movimiento de un planeta alrededor del Sol. Lo más cómodo es partir del ya citado sistema de coordenadas gaussianas, en el cual, en la comarca del sistema solar y en ausencia del Sol y de los planetas, el campo métrico sería euclidiano y no existiría campo gravitatorio alguno en el sentido corriente; ese sistema se caracteriza porque, si no se considera la acción del Sol, las g11....g34 tendrían los valores de la fórmula [89] (pág. 352). Trátase, pues, de determinar cuánto las g11....g34 se alejan de esos valores por causa de la masa solar; sirven para esto muy bien las ecuaciones de los campos establecidas por Einstein, y se demuestra que admitiendo que la masa solar, y con ella también el campo, se propaga simétricamente en modo esférico, obtiénense expresiones muy determinadas y relativamente sencillas para las g11....g34. Luego pueden calcularse las trayectorias de los planetas como líneas geodésicas de esa determinación de las medidas. Su curvatura, que en la teoría de Newton es considerada como efecto de la fuerza atractiva, aparece en la teoría de Einstein como consecuencia de la curvatura del universo espacio-tiempo, cuyas líneas geodésicas son.

El cálculo da por resultado determinadas trayectorias planetarias, que son, muy aproximadamente, las mismas que en la teoría de Newton. Este resultado es admirable, si se recuerda cuán diferentes son los puntos de vista de que parten ambas doctrinas. Newton parte del espacio absoluto, engendro que