se llama simplemente energía mecánica del cuerpo, y la ley que dice que es ella invariable en el movimiento del cuerpo llámase ley de la conservación de la energía.
La dimensión de cada cantidad de energía es [E] = [Gl], y su unidad g. cm.
El nombre de capacidad de trabajo procede, naturalmente, del trabajo que el cuerpo humano realiza al levantar un peso. Según la ley de la energía, ese trabajo transfórmase al caer en energía cinética. Si, por el contrario, se le da a un cuerpo energía cinética, lanzándolo a alguna altura, transfórmase ésta en energía potencial o capacidad de trabajo.
Exactamente lo mismo que hemos desarrollado aquí para el movimiento de caída vale, en amplia extensión, para sistemas de muchos cuerpos, con tal de que se cumplan dos condiciones:
- 1. ª No deben producirse acciones del exterior; el sistema debe estar cerrado en sí mismo.
- 2. ª No deben manifestarse procesos en los cuales la energía mecánica se transforme en calor, en fuerza de tensión eléctrica, en afinidad química, etc.
En tal caso, vale siempre la proposición, que dice que
y de ella depende la energía cinética de las velocidades y la energía potencial de la posición de los cuerpos en movimiento.
En la mecánica de los astros realízase con máxima pureza ese caso ideal; aquí vale la dinámica ideal, cuyos principios hemos desenvuelto.
Pero en el mundo terrestre no ocurre lo mismo. Todo movimiento está sometido a frotación, por donde su energía se traduce en calor. Las máquinas con las cuales producimos movimiento no hacen sino transformar fuerzas térmicas, químicas, eléctricas, magnéticas. No puede, pues, mantenerse la ley de la energía en la estrecha forma mecánica. Pero puede mantenerse en forma generalizada. Si llamamos Q a la energía tér-