Página:La vida de las abejas (1909).pdf/71

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 65 —

<— 65»la república en una palabra, todo fundado, co>mo se ve, en la admiración del observador.» He ahí una manera completamente contraria de explicar nuestras abejas. A primera vista podría parecer la más natural; pero ¿no sería, en el fondo, por la sencillísima razón de que no explica casi nada? Paso por alto los errores materiales de esa página; pero acomodarse de ese modo, perjudicándose lo menos posible, á las necesidades de la vida común, ¿no supone acaso, cierta inteligencia que parecerá más notable cuando se examine de más cerca cómo tratan «esos diez mil individuos» de no perjudicarse y cómo logran prestarse ayuda? También, ¿no es esa nuestra propia historia? y ¿qué dice el viejo naturalista irritado que no se aplique exactamente á todas nuestras sociedades humanas?

Nuestra sabiduría, nuestras virtudes, nuestra política, agrios frutos de la necesidad, dorados por la imaginación, no tienen otro objeto que el de utilizar nuestro egoísmo, encaminar hacia el bien común la actividad naturalmente perjudicial de cada individuo. Y luego, una vez más, si se quiere que las abejas no tengan ninguna de las ideas, ninguno de los sentimientos que les atribuímos, ¿qué nos importa el origen de nuestro asombro? Si se cree que es imprudente admirar las abejas, admiraremos la Naturaleza, y siempre llegará un momento en que ya no sea posible arrancarnos nuestra admiración, y nada perderemos por haber retrocedido y aguardado.

VIDA DE LAS ABEJAS .—5