Página:Las cuitas de Werther (1919).pdf/138

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
134
 

No se ha de antecoger el fruto, y en la tal quincena quedamos dentro o fuera. Te servirás decir a mi ma—dre que ruegue por su hijo, y que le pido mil perdones por cuantos sinsabores he podido ocasionarle.

Fué mi suerte el apesadumbrar a quienes debia yo acarrear satisfacciones. Pásalo bien, querido del alma bendigate el cielo todo; pásalo bien.»


Cuales eran a la sazón las aprensiones dominantes de Carlota, y cuales sus impulsos respecto a su esposo y a su desventurado amigo, no acertaremos a deslindarlo; pero, desde luego, en vista de su carácterpodemos formarnos un concepto de aquella alma.angelical tan femenina.

Como quiera, es muy positivo, que acordó esforzar la partida de Werther, y si titubeaba era sólo por un miramiento entrañable y amistoso, sabedora del sacriticio que había de mediar, reputándolo casi por imposible. Veiase por entonces más apremiada a hacerlo; su marido seguia callado, y ello la obligaba más aún a evidenciarle con el hecho, cuan cabalmente correspondia a su sentir.

El mismo día de la fecha de la carta recién citada a Guillermo, que era el domingo antes de Navidad, se fué Werther a visitar a Carlota, y la halló sola.

Estaba entretenida en arreglar ciertas niñerias para el aguinaldo de las hermanitas. Le habló del gozo que tendrían las niñas y del tiempo en que, al abrir repentinamente una puerta, con la aparición de un árbol de candelillas, cuajado de dulces y manzanitas. les causaba un embeleso celestial. «También