Página:Las cuitas de Werther (1919).pdf/45

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
41
 

mal criados, y que Werther los acababa de rematar.

Cuenta, querido Guillermo, que los niños son mis intimos allegados sobre la tierra. Cuando los estoy mirando, y entre medias de sus cosillas, se me transparentan los arranques de todas las prendas y facultades, que indispensablemente han de venir luego a ejercitar; cuando hasta en sus antojos diviso el tesón y solidez de sus pechos, en su despejo la jovialidad placentera para sortear contingencias en los tropiezos del mundo, y todo tan intacto y tan cabal... siempre, siempre me recalco sobre aquel dicho de oro del Maestro de la humanidad: Mientras no vengáis a ser como éstos... Ahora bien: querido del alma, a estos que son nuestros semejantes, y que debiéramos mirar como nuestra norma, los tratamos como vasallos. No deben tener voluntad... ¿Y qué?

¿No la tenemos nosotros? ¿Y en qué estriba esta regalia? En que tenemos más años y miramientos...

Aquí de Dios y del cielo; tú eres un niño adulto, o tierno, y nada más; cuanto alcanzo a deleitarle lo tiene ya experimentado tu muchacho. Pero si no se le cree, ni se le escucha... Esto sí que es antiguo: el amoldar el niño sobre sí mismo, y... Adiós, Guillermo, no estoy para bodoquear más sobre el asunto.

1.° de julio.

Que Carlota ha de şer un consuelo para un enfermo, lo percibo yo acá en mi cuitado corazón, el cual adolece, más que muchos tendidos y exánimes en sus lechos. Tiene que venir por algunos días al pue-