Luego, cuando estuvieron reunidos todos los contingentes de las tribus bekridas, se desencadenó la guerra como un huracán. Y entonces fué cuando se libró aquella batalla, célebre en todas las me- morias, que se llamó la Jornada de la tala de los tupés, á causa de la enorme humillación que hicie- ron sufrir los Bekridas vencedores á sus prisione- ros, cortándoles el tupé antes de enviarlos, libres, á mostrar su derrota á sus hermanos de las tiendas thaalabidas. Y en aquella batalla memorable fué precisamente donde se acreditaron para siempre las dos hijas de Find, revoltosas, impetuosas, he- roínas de la jornada...
En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.
PERO CUANDO LLEGÓ LA 975.a NOCHE
Ella dijo:
... Y en aquella batalla memorable fué precisa- mente donde se acreditaron para siempre las dos hijas de Find, revoltosas, impetuosas, heroinas de la jornada.
Porque en lo más reñido del combate, y cuando parecía incierto el éxito, las dos jóvenes saltaron de pronto al suelo desde sus caballos, se desnuda-