Ir al contenido

Página:Las mil noches y una noche v5.djvu/182

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
180
LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

cien dinares por tu trabajo, y ve á buscar alba- niles y un pintor que sepa bien el manejo de los colores. >>

Y el guarda se apresuró á ir en busca de los albañiles y del pintor, à quienes el visir dió las instrucciones necesarias. Y cuando el salón del piso bajo estuvo bien reparado y bien blanqueado, el pintor se puso á trabajar, siguiendo las órdenes del visir. Y pintó una selva con unas redes en las cuales estaba presa una paloma que daba aletazos. Y cuando acabó, le dijo el visir: «Pinta ahora en el otro lado la misma cosa, pero figurando un pa- - lomo que va á libertar á su compañera, y que en- tonces es cogido por el pajarero y muere, victima de su abuegación.» Y el pintor ejecutó fielmente el dibujo, y después se fué, generosamente retribuido. Entonces el visir, los dos jóvenes y el guarda se sentaron un momento para juzgar bien el efecto y la perspectiva. Y el principe Diadema seguía muy triste, y miraba todo aquello muy pensativo. Y des- pués dijo á Aziz: «¡Oh hermano mío! Dime algunos versos que aparten las torturas que me matan.» Y Aziz dijo:

Ibn-Sina, en sus escritos sobre medicina, indica lo siguiente como remedio supremo:

que el can- «¡El mal de amores no tiene otro remedio to melodioso y la copa bien servida en los jardines!»>

¡He seguido las prescripciones de Ibn-Sina, y no he obtenido resultado, ¡ay de mi! ¡Entonces corri á otros