vivieron muy felices hasta la muerte, única cala- midad irremediable!>>
Cuando acabó de contar esta historia de Aziz y
Aziza y la de Diadema y Donia, el visir Dandán
pidió al rey Daul'makán permiso para beber un
vaso de jarabe de rosas. Y el rey Daul'makán ex-
clamó: «¡Oh mi visir! ¿Hay alguien en el mundo
tan digno como tú de hacer compañía á los prínci-
pes y á los reyes? ¡Verdaderamente, esta historia
me ha encantado en extremo, por lo deliciosa y por
lo agradable!» Y entregó al visir el mejor ropón de
honor del Tesoro real.
En cuanto al sitio de Constantinia...
En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.
PERO CUANDO LLEGÓ
LA 137.a NOCHE
Ella dijo:
...En cuanto al sitio de Constantinia, ya hacia cuatro años que se prolongaba sin ningún resultado decisivo. Los soldados y los jefes empezaban á su- frir mucho al verse tan lejos de sus familias y de sus amigos, y la rebelión era inminente.