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Página:Las ruinas de Tinti en el valle de Lerma (provincia de Salta).djvu/13

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BOMAN : LAS RUINAS DE TINTI EN EL VALLE DE LERMA

dros reunidos por escaleras, pintados en negro sobre el fondo rojo del vaso. Esta ornamentación es común en la región diaguita. Es curioso que en Tinti se encuentre aisladamente una pieza así adornada, entre tantas otras sin ornamentos. Lo mismo me sucedió en el gran pueblo prehispánico de Tastil, en la Quebrada del Toro, en cuyos sepulcros encontré, entre mucha alfarería sin ornamentación pintada, dos pequeñas vasijas decoradas con meandros[1]. En cuanto a la pintura de la pieza en cuestión, puede ser que haya sido hecha con negro de humo diluido junto con una materia mucilaginosa, por ejemplo jugo de cactus, que sirviera como mordiente.

La pequeña escudilla g, de la misma alfarería fácilmente desmenuzable, no tiene pintura ninguna, pero está ornada con dos pequeñas asas dirigidas hacia arriba, de una forma bastante común en toda la región andina de la Argentina.

La escudilla e, también de alfarería tipo γ, está como las tres piezas no figuradas, engobada exteriormente con terre de foulon, diluida con mordiente y aplicada antes de la cocción, mientras la pieza todavía estaba húmeda. Este engobe bien pulido, da un aspecto brillante, de rojo obscuro, a las vasijas, y debe también haber contribuido a la impermeabilidad de las mismas.

El fragmento lámina XIV h, es de la misma clase de alfarería que las piezas precedentes. Debe haber pertenecido al borde de un vaso de unos 30 centímetros de altura, con boca ancha y borde abierto hacia afuera. Fué hallado en el interior de la gran vasija lámina XV D. La decoración pintada es tan sencilla como original. La capa de pintura negra en este fragmento es mucho más delgada que la de la escudilla lámina XIV h. El color empleado muy posiblemente ha sido un jugo vegetal, pues aplicando negro de humo, tierras o substancias grasas o resinosas no se podría haber formado una capa tan delgada ni contornos tan netamente definidos como los de los ornamentos del fragmento en cuestión. Hablando con el distinguido escultor Américo Bonetti, muy conocedor de la técnica alfarera indígena del Paraguay, me manifestó que allí se emplea para formar figuras negras sobre los vasos el jugo de la fruta del ñandypá (Sorocea ilicifolia Miq.). Es posible que también en la región diaguita se hayan empleado para este objeto colores vegetales. El estudio de esta cuestión es sumamente interesante, pues con razón llama la atención esa pintura tan resistente a la acción del tiempo que se ve sobre las vasijas prehispánicas de la región andina argentina.

  1. E. Boman, Antiquités cit., tomo I, página 375 y lámina XXXI, figura 83.