Página:Las siete tragedias de Sófocles - Biblioteca Clásica - CCXLVII (1921).pdf/248

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
228
TRAGEDIAS DE SÓFOCLES

vez la encerréis en aquella abovedada tumba, como os he mandado, dejadla sola y abandonada, ya deses morir, ya desposarse viviendo en tal morada; que yo quedo exento del delito de sacrilegio por lo que se refiere a esta muchacha; porque sólo se la privará de habitar entre los vivos.

Antígona.—Oh tumba, oh tálamo nupcial, oh subterránea mansión que me bas de tener encerrada para siempre! Ahí voy hacia los míos, a gran número de los cuales, difuntos ya, ha recibido Proserpina entre los muertos. De ellos, la última yo y de modo desdichadisimo, soy la que bajo antes de llegar al término fijado de mi vida. Pero en bajando, abrigo la firme esperanza de que he de llegar muy agradable a mi padre, y muy querida de ti, ¡oh madre!, y también de ti, hermano mio. Porque al morir vosotros, yo con mis propias manos os lavė y adorné, y sobre vuestra tamba ofreci libaciones. Y ahora, ¡oh Polinicesl, por haber sepultado tu cadáver, tal premio alcanzo. Y ciertamente que con razón te hice los honores, según los hombres sensatos; (porque nunca jamás, ni por mfs hijos, si hubiera llegado a ser madre; ni por mi marido, su cadáver se hubicse estado pudriendo, habrla emprendido tal trabajo en contra de las leyes de la ciudad. Y por qué razón digo esto? Marido, en verdad, si el mio moria, otro podria tener; y también hijos de otro varón, si me priyaba del que tuviera. Pero encerrados ya en el infierno mi madre y mi padre, no es posible que pueda nacerme un hermano). Y sin embargo, porque teniendo esto en cuenta te honré por encima de todo, pareció a Creonte que habia caldo en falta, y que mi atrevimiento merecia terrible castigo, ¡oh querido hermanol Y ahora me llevan entre manos, así presa, virgen, sin himeneo, sin llegar a alcanzar las dulzuras del matrimonio ni de la