Página:Las veladas del tropero (1919).pdf/249

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 245 —

contrar, por una parte de lo que le habían dejado sus numerosas chapetonadas, un buen retazo de campo, y lo fué poblando con haciendas bien élegidas y compradas con cuidado.

Todo esto, por supuesto, no se hizo sin trabajo.

Tuvo que andar mucho, galopar días enteros, arrear tropas, pasar días y noches á la intemperie, rondar, cuidar, vigilar, lidiar con peones y animales; y, montada la estancia, tuvo mucho trabajo para dirigirla, muchísimo más trabajo que lo que había tenido jamás, en otros tiempos, con su majada única, su rodeíto de tamberas y su manada, cuando vivía, indolente y feliz, sin necesidades y sin plata, «como un conde».