Página:Las veladas del tropero (1919).pdf/293

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 289 —

Y no había tenido tiempo de cantar un verso más, cuando en la mesa de la cocina apareció, no se sabe cómo, en una fuente grande, un magnífico cordero asado; «...¡y con papas alrededor!» exclamó en el acto Nataniel, y aparecieron papas lindas y bien cocidas, colocadas en la fuente, alrededor del cordero.

— Nataniel soltó la risa al ver la cara de su mujer, atontada por el suceso, y cantó al grillo una copla de agradecimiento entusiasta, antes de descuartizar con el cuchillo el cordero tan dorado, tan gordo y tan jugoso, que se le hacía agua la boca.

Como habían cenado mal, el cordero les venía de perilla, y con ayuda de los chicos, que todavía no dormían, pronto dejaron la fuente limpia, no quedando más recuerdos del regalo del grillo que unos cuantos huesitos pelados, las manos grasientas y las caras sucias.

Fué casi con alegría que Nataniel, en la madrugada siguiente, prendió el fuego con las astillas de la guitarra rota, ¡ lo que es la ingratitud! Y durante todo el día, como era natural, él y Filomena, preparando, una su puchero ó lavando la ropa, y trenzando huascas el otro, no pensaron en otra cosa que en lo que iban á pedir al grillo con la guitarra, después de cenar.

Pero bien se acordaban ambos de que, para ser colmados, tenían que ser moderados sus pedidos; y no sabían hasta qué punto podían dejarse ir. Como nunca habían poseído más que los cuatro trastos que tenían en el rancho, todo les parecía mucho, y temían que cualquier cosa que pidieran fuese un disparate y les costase algún castigo imprevisto; pues medio sabían que estos seres desconocidos que proLAS VELADAS .—19