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CIMON.

dónde yacia, porque los Escirenses ni lo manifestaban ni permitian que se averiguase. Encontrando, pues, entonces el hoyo en fuerza de la más exquisita diligencia, puso Cimon los huesos en su nave, y adornándolos con esmero, los condujo á la ciudad al cabo de unos cuatrocientos años, con lo que todavía se le aficionó más el pueblo. En memoría de este suceso se celebró una contienda de trágicos que se hizo célebre; porque habiendo presentado Sófocles, que áun era jóven, su primer ensayo, como el arconte Afepsion, á causa de haberse movido disputa y altercado entre los espectadores no hubiese sorteado los jueces del combate, cuando Cimon se presentó con sus colegas en el teatro para hacer al Dios las libaciones prescritas por la ley, no los dejó salir, sino que tamándoles juramento los precisó á sentarse y á juzgar, siendo diez en número, uno por cada tribu: así esta contienda se hizo mucho más importante por la misma dignidad de los jueces. Quedó vencedor Sófocles; y se dice que Esquilo lo sintió tanto y lo llevó con tan poco sufrimiento, que ya no fué mucho el tiempo que vivió en Atenas, habiéndose trasladado por aquel disgusto á Sicilia, donde murió y fué enterrado en las inmediaciones de Gela..

Escribe Ion que siendo él todavía mocito, comió con Cimon, en ocasion de haber venido á Atenas desde Quio con Laomedonte; y que rogado aquél que cantase, como no lo hubiese ejecutado sin gracia, los presentes lo alabaron de más urbano que Temistocles, por haber éste respondido en igual caso que no habia aprendido á cantar y tañer, y lo que él sabia era hacer una ciudad grande y rica. De aquí, como era natural, recayó la conversacion sobre las hazafías de Cimon; y como se hiciesen memoria de las más seBaladas, dijo que se les habia pasado referir la más bien entendida de sus estratagemas: porque habiendo tomado los aliados muchos cautivos de los bárbaros en Sexto y en Bizancio, encargaron al mismo Cimon el repartimiento; y él