Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo III (1879).pdf/163

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
165
LÚCULO.

la disciplina: aunque lo principal era no tener un carácter blando, ni áun para con los poderosos é iguales; sino que á todos los miraba con ceño, no creyendo que nadie valia tanto como él. Pues todos convienen en que entre otras muchas calidades buenas tenía esta mala; porque él era de gallarda estatura, de buena presencia y elegante en el decir, así en la plaza pública como en el ejército. Dice, pues, Salustio que los soldados estuvieron descontentos con él desde muy luego, en el principio mismo de la guerra contra Cicico, y despues en la de Amiso, por haber tenido que pasar acampados dos inviernos seguidos. Mortificáronlos asimismo los otros inviernos, porque ó los pasaron en tierra enemiga ó en campamento tambien y al raso, aunque entre aliados: pues ni una sola vez entró Lúculo con su ejército en una ciudad ó griega ó amiga. Estando ellos de suyo tan indispuestos, les dieron tambien calor desde Roma los tribunos y otros demagogos, que llevados de envidia, acusaban á Lúculo de que por ambicion y avaricia prolongaba la guerra, y de que sobre reunir él solo en su persona la Cilicia, el Asia, la Bitinia, la Paflagonia, la Galicia, el Ponto y la Armenia hasta el Fasis, ahora habia talado y asolado el reino de Tigranes, como si en lugar de someter á los reyes hubiera sido enviado á despojarlos: que fué lo que dicen le imputó el tribuno Lucio Quinto, á cuya persuasion se decretó que se dieran á Lúculo sucesores de su provincia: determinándose además licenciar á muchos de los que militaban en su ejército.

A este mal estado de los negocios de Lúculo se agregó otra cosa que los acabó de echar á perder; y fueron las instigaciones de Publio Clodio, hombre violento, y el complejo de toda alevosia y temeridad. Era hermano de la mujer de Lúculo, y corrian rumores de mal trato entre ambos, siendo ella muy disoluta. Militaba entonces con Lúculo, sin ocupar el puesto á que se presumia acreedor:

porque codiciaba tener el primer lugar; y por su conducta