Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo III (1879).pdf/172

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
174
Plutarco.—Las vidas paralelas.

nar á Lúculof» Hablábase mucho de esto en Roma, como era regular; y viéndole un dia desocupado en la plaza, se le llegaron Ciceron y Pompeyo: aquél era uno de sus mayores y más íntimos amigos; y aunque con Pompeyo babia Lenido alguna desazon con motivo del mando del ejército, solian sin embargo hablarse y tratarse con afabilidad. Saludándole, pues, Ciceron, le preguntó si podrian tener un rato de conversacion; y contestándole que sí con instancias para ello, «pues nosotros, le dijo, queremos cenar hoy en tu compañía, nada más que con lo que tengas dispuesto.» Procuró Lúculo excusarse, rogándoles que fuese en otro dia; pero le dijeron que no venian en ello, ni le permitirían hablar á ninguno de sus criados, para que no diera la orden de que se hiciera mayor prevencion; y sólo á su ruego condescendieron con que dijese en su presencia á uno de aquellos: «hoy se ha de cenar en Apolo,» que era el nombre de uno de los más ricos salones de la casa; en lo que no echaron de ver que los chasqueaba: porque, segun parece, cada cenador tenia arreglado su particular gasto en manjares, en música y en todas las demas prevenciones; y asi con sólo oir los criados dónde queria cenar, sabian ya qué era lo que habian de prevenir, y con qué órden y aparato se habia de disponer la cena; y en Apolo la tasa del gasto era cincuenta mil dracmas. Concluida la cena, se quedó pasmado Pompeyo de que en tan breve tiempo se hubiera podido disponer un banquete tan costoso. Ciertamente que gastando así en estas cosas Lúculo, trataba su riqueza con el desprecio debido á una riqueza cautiva y bárbara.

Otro objeto habia digno verdaderamente de diligencia y de ser celebrado, en el que hacía tambien Lúculo considerables gastos, que era el acopio de libros: porque habia reunido muchos y muy preciosos, y el uso era todavía más digno de alabanza que la adquisicion, por cuanto la biblioteca estaba abierta á todos; y á los paseos y liceos inme-