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NICIAS.

vientos, víno á caer sobre la estatua grande de los de Najos, y la hizo pedazos.

En estas cosas suele haber mucho de ostentacion y vanagloria, como es bien sabido; pero atendiendo el carácter y las costumbres de Nicias para todo lo demas, podia no sin violencia colegirse que aquel esmero y toda aquella pompa era consecuencia de su religiosidad; porque le hacian demasiada impresion las cosas superiores, y era dado á la supersticion, segun nos lo dejó escrito Tucidides. Asi se dice en uno de los diálogos de Posifonte, que todos los dias ofrecia sacrificios á los Dioses, y que teniendo en casa un agorero, fingia consultarle sobre las cosas públicas, cuando regularmente no era sino sobre las suyas propias, especialmente sobre sus minas de plata: porque poseía minas de este metal en Laurio, que le daban grandes utilidades, aunque el trabajo de ellas no carecia de peligro.

Mantenia allí gran número de esclavos, y en esto consistia la mayor parte de su hacienda; por lo cual tenía siempre alrededor de sí muchos que le pedian y á quienes socorria:

pues no era ménos dadivoso con los que podian hacer mal, que con los que eran dignos de sus liberalidades: en una palabra, con él era una renta para los malos su miedo, y para los buenos su beneficencia. Dan de esto testimonio los poetas cómicos: porque Teleclides escribia asi contra un calumniador:

Ni una mina partida por el medio Le dió Caricles, porque le tapase Que entre los hijos que su madre tuvo El fué el primero que salió del saco.

Nicias de Nicerato dióle cuatro; Mas aunque de este don yo sé la causa, No la diré, que Nicias es mi amigo, Y obra á mi juicio con notable acuerdo: