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Plutarco.—Las vidas paralelas.

lo que sucedió de esta manera. Los que principalmente se oponian á la paz de la Grecia, eran Cleon y Brasidas, aquél porque en la guerra no se descubria tanto su maldad, y éste porque en ella resplandecia más su virtud; como que al uno le dió ocasion para grandes injusticias, y al otro para gloriosos triunfos. Mas como ambos hubiesen muerto en la misma batalla, que fué la de Anfipolis, ballando Nicias á los Esparciatas deseosos muy de antemano de la paz, y á los Atenienses con poca confianza de sacar partido de la guerra, y á unos y á otros fatigados y en disposiciones de deponer con el mayor gusto las armas, trabajó por ver cómo conciliar amistad entre las ciudades, y aliviar y dar reposo á los demas Griegos de los males que sufrian, haciendo para en adelante seguro y estable el sabroso nombre de felicidad. Y lo que es á los ancianos, á los ricos y á las gentes del campo desde luego los encontró con disposiciones pacíficas: en cuanto á los demas, hablando á cada uho en particular, y procurando convencerlos, logró tambien retraerlos de la guerra; y cuando así lo hubo ejecutado, dando ya esperanzas á los Esparciatas, los excitó y movió á que se presentaran á pedir la paz. Fiáronse de él, ya por su conocida probidad y ya lambien porque á los cautivos y á los rendidos de Pilos, cuidándolos y visitándolos con humanidad, les hacía más llevadera su desgracia. Habian ya ántes ajustado treguas por un año, durante las cuales, reuniéndose unos con olros, y gustando otra vez de sosiego y descanso, y del trato con los propios y con los extranjeros, se les había encendido un vivo deseo de aquella vida exenta de inquietudes y de riesgos:

así oian con gusto á los coros cuando cantaban:

Quedate, oh lanza, á ser despojo inútil Donde enreden su tela las arañas.

Erales Lambien sabroso traer á la memoria aquel gra-