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Plutarco.—Las vidas paralelas.

den de que entrasen en ella sin recelo. Craso y los que con él estaban, al ver que allá se dirigian, empezaron á lemer no fuese que se hubiera descubierto ó que se hubiera denunciado su retiro; preguntáronles, pues, qué querian, y quiénes eran; mas luego que respondieron, como se les habia prevenido, que buscaban á su amo que se hallaba alli refugiado, comprendiendo Craso la finura y esmero de Vibio para con él, dió entrada á las esclavas; las cuales permanecieron en su compañía por todo el tiempo restante, dando parte á Vibio de lo que les hacía falta. Dicese que Fenestela alcanzó á ver á una de ellas ya muy anciana, y que muchas veces la oyó referir y traer á la memoria estas cosas con sumo placer.

. Pasó allí Craso escondido ocho meses, y dejándose ver desde el punto en que se supo la muerte de Cina, como acudiesen á él muchos de los naturales, reclutando unos dos mil y quinientos, recorrió con ellos las ciudades; de las cuales sólo saqueó á Málaga, segun opinion de muchos; pero se dice que él lo negaba, y que impugnó á aquellosescritores. Recogió despues de esto algunas embarcaciones, y pasando al Africa se dirigió á Metelo Pio, varon de grande autoridad, y que había juntado un ejército respetable; pero con todo no permaneció largo tiempo á su lado, sino que habiéndose indispuesto con él, partió en busca de Sila, que le admitió y trató con la mayor distincion. Regresó Sila á Italia de allí á poco, y queriendo tener en actividad á todos los jóvenes que con él servian, les fué dando diferentes encargos; y como enviase á Craso al pais de los Marsos á reclutar gente, éste le pidió escolta, porque tenía que pasar entre los enemigos; pero diciéndole Sila con cólera: «¡Y tanto! pues te doy en escolta á tu padre, tu hermano, tus amigos y tus parientes, de cuyos injustos matadores voy á tomar venganza;» corrido é inflamado con semejante expresion, partió sin detenerse; atravesó resueltamente por entre los enemigos; reunió