Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo III (1879).pdf/23

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
25
LISANDRO.

pues ni huir se concedia. Así es que más adelante, temiendo no buyesen los Milesios que servian las magistraturas, y queriendo atraer á los que se habian ocultado, juró que no los ofenderia; y como con esta confianza viniesen y se presentasen, los entregó á los oligarcas para que los degollasen, no bajando su número de ochocientos entre todos.

En las demas ciudades eran igualmente innumerables las muertes de los demócratas, quitándoles la vida no sólo por causa particular que con él tuviesen, sino complaciendo y sirviendo con estos asesinatos á las enemistades y descos de los amigos que tenía en todas partes. Por tanto, con razon fué aplaudido el lacedemonio Eleocles, que dijo que la Grecia no podria sufrir dos Lisandros: aunque esto mismo refiere Teofrato haber dicho Arquistrato de Alcibiades. Sin embargo, en éste lo que principalmente se llevaba mal era la falta de decoro, y el lujo con un cierto engreimiento; pero en Lisandro la dureza de carácter hacía temible é insoportable su poder. Esto no obstante, los Lacedemonios de todos los demas atentados suyos se desentendieron; y sólo cuando Farnabazo, ofendido por él, les taló y asoló el campo, y envió á Esparta quien le acusase, se indignaron los Eforos, quitando la vida á Torax, uno de sus amigos y colegas, porque averiguaron que en particular poseia dinero, y enviando al mismo Lisandro la correa con órden de que se presentase. La correa es on esta forma: cuando los Eforos mandan á alguno de comandante de la armada ó de general, cortan dos trozos de madera redondos, y enteramente iguales en el diámetro y en el grueso, de manera que los cortes se correspondan perfectamente entre sf. De estos guardan el uno, entregando el otro al nombrado; y á estos trozos les llaman correas. Cuando quieren, pues, comunicar una cosa secreta é importante, forman una como tira de papel larga y estrecha como un liston, y la acomodan al trozo ó correa que guardan, sin que sobre ni falte, sino que ocupan exactamente con el papel todo