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Plutarco.—Las vidas paralelas.

el hueco: hecho esto, escriben en el papel lo que quieren estando arrollado en la correa. Luego que han escrito quitan el papel, y sin el trozo de madera lo envian al general.

Recibido por éste, nada puede sacar de unas letras que no tienen union, sino que están cada una por su parte; pero tomando su correa, extiende en ella la cortadura de papel, de modo que formándose en órden el círculo, y correspondiendo unas letras con otras, las segundas con las primeras, se presente todo lo escrito seguido á la vista. Llámase la tira correa, igualmente que el trozo de madera, al modo que lo medido suele llevar el nombre de la medida.

Habiendo recibido Lisandro la correa en el Helesponto, entró en algun cuidado; y como la acusacion que más le hacía temer fuese la de Farnabazo, procuró avistarse y tratar con él para transigir aquella diferencia. Pasando, pues, á verle, le rogó escribiese otra carta á los magistrados, en que dijese que no se hallaba ofendido, ni tenia queja de Lisandro; pero no sabia que un Cretense las habia con otro, segun dice el proverbio; porque habiéndole prometido Farnabazo que le complaceria, á su vista escribió una carta como Lisandro deseaba; pero reservadamente tenía escrita olra muy diversa, y despues al cerrarlas y sellarlas, cambiando los papeles, que en nada se diferenciaban á la vista, le entregó la que reservadamente habia escrito. Llegado Lisandro á Lacedemonia, y yendo á presentarse, segun costumbre, al palacio del gobierno, entregó á los Eforos la carta do Farnabazo, en la inteligencia de que en ella se hallaba desvanecido el cargo que más cuidado le daba, por cuanto tenía Farnabazo gran partido con los Lacedemonios, á causa de haber sido entre los generales del Rey el que mejor se habia portado en la guerra; pero cuando habiendo leido la carta los Eloros se la mostraron, y entendió que No solamente Ulises es doloso,