extension, tanto que suspendidas por arriba de las puntas de las rocas locaban por el otro extremo en el suelo, baja, ron por ellas todos con seguridad, á excepcion de uno solo, que fué preciso se quedara á causa de las armas. Mas éste las descolgó luego que los otros bajaron, y despues tambien él se puso en salvo. De nada de esto tuvieron ni el menor indicio los Romanos; y al hallarse tan repentinamente envueltos, sobresaltados con este incidente, dieron á huir, y aquellos les tomaron el campamento. Reuniéronseles allí muchos vaqueros y otros pastores de aquella comarca, gente de expeditas manos y de ligeros piés: así armaron á unos, y á otros los destinaron á comunicar avisos, ó á las tropas ligeras. El segundo pretor enviado contra ellos, fué Publio Voreno; y en primer lugar derrotaron á su legado Turio, que los acometió con dos mil hombres que mandaba. Despues, habiendo Espartaco sobrecogido bañándose junto á Salenas al consultor y colega de aquél, Cosinio, enviado con más fuerzas, estuvo en muy poco que no le echase mano. Huyó al ûn, aunque no sin gran dificultad y peligro: poro Espartaco le tomó el bagaje, y persiguiéndole sin reposo, causándole gran pérdida, se hizo dueño tambien del campamento; y por último cayó en aquella refriega el mismo Cosinio. Venció igualmente al Pretor en persona en diferentes encuentros; y habiéndose apoderado de sus lictores y de su propio caballo, con esto adquirió ya gran fama, y se hizo temible. Con todo echó como hombre prudente sus cuentas, y conociendo serle imposible superar todo el poder de Roma, condujo su ejército á los Alpes, pareciéndole que debian ponerse al otro lado, y encaminarse todos á sus casas, unos á la Tracia y otros á la Galia; mas ellos fuertes con el número y llenos de arrogancia, no le dieron oidos, sino que se entregaron á talar la Italia. En este estado no fué sólo la humillacion y la vergüenza de aquella rebelion la que irritó al Senado, sino que por lemor y por consideracion