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Plutarco.—Las vidas paralelas.

disponer otra escuadra. Por lo que hace al mismo Pompeyo, aseguró las puertas; colocó en las murallas las tro pas ligeras; mandó á los habitantes de Bríndis que no se movieran de sus casas; de la parte de adentro abrió fosos por toda la ciudad, y á la entrada de las calles puso et ellas estacas con punta, á excepcion de dos solas por is que tenla bajada al mar. Al tercer dia habia ya embarcado con descanso todas las tropas, y dando repentinamente la señal á los que estaban en la muralla, se le incorporarot sin dilacion, y se entregó al mar. César, luego que F desamparada la muralla, conoció que se retiraban, y puesta á perseguirlos estuvo en muy poco que no cayese en las celadas; pero habiéndoselo advertido los Brentesianos, & guardó de entrar en la ciudad, y dando la vuelta, halló que todos habian dado la vela, á excepcion de dos barcos que no contenian más que unos cuantos soldados.

Colocan todos los demas esta retirada de Pompeyo entre las más delicadas operaciones militares; pero César mostró maravillarse de que ocupando una ciudad fuerie, esperando las tropas de la España, y siendo dueño del mar, desmantelase y abandonase la Italia. El mismo Ciceron le reprende de que hubiese preferido el método de defensa de Temistocles al de Pericles, cuando las circunstancias eran semejantes á las de éste, y no á las de aquél. Como quiera, en las obras manifestó César que temia mucho la dilacion y el tiempo, pues babiendo tomado cautivo á Numerio, amigo de Pompeyo, lo envió á Bríndis á tratar de paz con equilativas condiciones; pero Numerio se embarcó con Pompeyo. En consecuencia de estos sucesos, habiéndose hecho César dueño de toda Italia en solos sesenta dias, sin haber derramado una gota de sangre, su primera determinacion fué ir en seguimiento de Pompeyo; pero faltándole las embarcaciones, convirtió su atencion y su marcha á la España para ver de incorporar á las suyas aquellas tropas.