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Timoleon.

ir á establecerse á Siracusa, entregándoseles sus bienes y familias, y que se apartarian de la alianza con los tiranos.

Mamerco, desalentado ya en sus esperanzas, navegaba á Italia para concitar á los de Luca contra Timoleon y los Siracusanos. Mas habiendo cambiado de rumbo con sus naves los que iban con él, y dirigidose á Sicilia, donde hicieron á Timoleon entrega de Catana, se vió en la precision de acogerse á Mesana, buscando el amparo de Hipon, tirano de aquella ciudad. Vino contra ellos Timoleon, y les puso sitio por tierra y por mar, é Hipon quiso huirse en un buque; pero fué apresado y puesto en manos de los Mesenios, convocando éstos á los muchachos de las escuelas para que vieran como el más agradable espectáculo el castigo de un tirano; le condujeron al teatro, y allí le azotaron hasta quitarle la vida. Mamerco se entregó á Timoleon para ser juzgado por los Siracusanos, bajo la condicion de que Timoleon no le acusase. Conducido á Siracusa, se presentó al pueblo, é intentó pronunciar un discurso que tenía compuesto de antemano; pero siendo interrumpido, y observando que de la junta no podia esperar nada favorable, arrojando la capa en medio del teatro, dió á correr, y con aquel impetu fué á estrellarse de cabeza en uno de los asientos para quitarse la vida; mas no consiguió que fuese aquella su muerte, sino que se le alcanzó todavía con vida, y se le hizo sufrir la pena de los salteadores.

TIMOLEON.

Desarraigó, pues, Timoleon las tiranías y dió fin á las guerras del modo que se ha referido. En cuanto á la isla toda, que la encontró irritada con sus males, y mirada con tedio de sus habitantes, de tal manera la aplacó é bizo apetecible, que vinieron otros habitantes á un punto del que antes se habian retirado sus propios ciudadanos; porque entonces so repoblaron Agrigento y Gela, ciudades grandes que hicieron los Cartagineses abandonar con motivo de la guerra Atica; viniendo á habitar la una Megelo y