Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo II (1879).pdf/243

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
245
MARCELO.

tas lanzas y ciertos yelmos de bronce, con inscripcionesunos de Merion y otros de Ulises, consagrado todo en honor de las Diosas. Era esta ciudad de las más decididas por los Cartagineses; y Nicias, uno de los ciudadanos más principales, intentaba traerla al partido de los Romanos, hablándolos con la mayor claridad en las juntas, y tratando con aspereza á los que le contradecian; pero estos, que tenian su opinion y su influjo, concibieron el designio de echarle mano y entregarle á los Cartagineses. Llególo á entender Nicias, y se resguardó andando con cautela; pero sin reserva bizo correr opiniones poco piadosas acerca de las madres, y ejecutó cosas que daban á entender que no creia y se burlaba de la aparicion; con lo que se pusieron muy contentos sus enemigos, pareciéndoles que esto era dar armas contra sí mismo para lo que tenian meditado.

Cuando iban á ponerlo por obra, habia junta pública de los ciudadanos: en ella Nicias empezó á hablar y persuadir al pueblo, y en medio de esto, repentinamente se tiro al suelo, estando un poco como desmayado; sucedió á esto, como es natural, un gran silencio y admiracion, y entonces levantando y moviendo la cabeza con voz trémula y profunda, empezó á articular, aumentando por grados el eco.

Cuando vio que todo el pueblo estaba poseido de un mudo terror, arrojando el manto y rasgando la túnica, dió á correr medio desnudo hacia la salida de la plaza, gritando que las madres lo arrebataban. Nadie osaba acercársele, y ménos detenerle por un temor supersticioso, sino que ántes se apartaban, y así pudo encaminarse á todo correr hácia las puertas, sin omitir ninguno de los gritos y contorsiones que son propios de los endemoniados y poseidos. La mujer, que estaba en el secrelo, y entraba á la parte en esta maquinacion, tomando por la mano á sus hijos, empezó por postrarse delante del templo de las Diosas, y despues, haciendo como que iba en busca de su marido perdido y desesperado, se marchó del pueblo sin que na-