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MARCO CATON.

riño por el modo de disponerle la comida ó la cena, sino que á veces echaba tambien mano, y le ayudaba en estos ministerios despues de fenecidos los de la milicia. En el ejército no bebia sino agua, ó á lo más cuando tenía una sed muy ardiente pedia vinagre; y si se sentia desfallecido, tomaba un poco de vino.

Estaba á corta distancia de sus posesiones la casa de campo en que residia Marcio Curio, el que habia triunfado tres veces. Iba frecuentemente á ella, y viendo lo reducido del terreno y la sencillez de toda su casa, no pudo menos de meditar sobre la conducta de un varon tan singular, que con ser el más excelente entre los Romanos, con haber sojuzgado los pueblos más belicosos, y baber arrojado á Pirro de Italia, él mismo labraba aquel campo, y vivia en aquella casita despues de tres triunfos. Allí mismo le hallaron sentado al fuego, cociendo unos rábanos, los embajadores de los Sannites, y le ofrecieron cantidad de oro; mas él los despidió, diciendo que estaba de sobra el oro para quien se contentaba con aquella comida, y que para él era más apreciable que tener oro el vencer á los que lo tenian. Calon al retirarse de allí reflexionaba sobre estas cosas, y volviendo la consideracion á su propia casa, sus campos, sus esclavos y su gasto, se aplicó más al trabajo y cercenó superfluidades. Tomó Fabio Máximo la ciudad de los Tarentinos, y en aquella empresa se halló Caton, militando bajo sus órdenes, cuando todavía era muy jóven. Cúpole por huésped un pitagórico llamado Nearco, y procuró instruirse en sus dogmas; y como escucbase de su boca las mismas máximas de que tambien hacía uso Platon, llamando al deleite el mayor cebo para el mal, al cuerpo el primer tormento del alma, y remedio y purificacion á aquellas reflexiones en virtud de las cuales el alma se separa y aparta cuanto le es posible de los afectos del cuerpo, todavia se apasionó más de la sencillez y de la templanza. Por lo demas, se dice haber aprendido tarde