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Plutarco.—Las vidas paralelas.

las letras griegas, y que habiendo tomado en las manos los libros griegos cuando ya estaba muy entrado en edad, Tucidides le fué de alguna utilidad para la elocuencia, para la que sobre todo le aprovechó Demóstenes. Sus escritos los exornó oportunamente con máximas é historias griegas; y en sus apotegmas y sus senlencias se encuentran muchas cosas traducidas del griego á la letra.

Vivia á la sazon un hombre muy patriota y muy poderoso entre los Romanos, gran conocedor de la virtud nativa, y muy dispuesto á alimentarla y á inflamarla á la gloria, llamado Valerio Flaco. Tenía campos linderos á los de Caton; y enterado del desprendimiento y economía de este por medio de sus esclavos, los cuales le referian que de madrugada iba á la plaza, se surtia de lo que habia menester, y vuelto al campo, si era invierno, poniéndose una especie de anguarina, y horro de ropa, si era verano, trabajaba con sus esclavos, sentándose á comer con ellos del mismo pan, y bebiendo del mismo vino; admirado en gran manera así de esto, como de oirles hablar de su moderacion, de su modestia, y de algunos dichos sentenciosos suyos, dió órden para que le convidaran á cenar á su casa. Desde entonces le trató familiarmente; y observando que era de carácter suave y urbano, que á manera de planta sólo pedia otro cultivo y otro aire más libre y abierto, lo inclinó y persuadió á que trasladándose á Roma tomara parte en el gobierno. Trasladado á aquella capital, en breve con la defensa de las causas se adquirió admiradores y amigos; y como Valerio le proporcionase además grande opinion y poder, alcanzó que primero le nombrasen tribuno, y despues cuestor. Logró ya entonces ser más señalado y conocido, y aspiró con el mismo Valerio á las primeras magistraturas, habiendo sido con éste cónsul, y despues censor. Procuró tambien arrimarse á Fabio Máximo por şu grande fama y su grande autoridad; pero más principalmente porque se proponia la conducta y método