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MARCO CATON.

que de aquel modo se debia hacer ofrenda á los manes de los padres, no con corderos ó cabritos, sino con las lágrimas y las condenaciones de los enemigos. Mas tampoco él salió siempre de los negocios libre y exento, sino que al menor asidero que daba á sus enemigos, era tambien puesto en juicio, y corria su riesgo; porque se dice que tuvo que defenderse en pocas ménos de cincuenta causas, la última de ellas cuando ya tenía ochenta y seis años; en la cual dijo aquella célebre sentencia: «que es cosa muy dura haber vivido con unos hombres y tener que hacer su apología con otros (1).» Mas sin embargo, no fué aquella con la que puso término á esta especie de contiendas; porque pasados otros cuatro años, acusó á Sergio Galba cuando ya era de noventa, faltando poco para que le sucediese lo que á Nestor, que con su vida y sus hechos alcanzó tres generaciones; pues que habiendo tenido, como hemos dicho, diferentes choques en asuntos de gobierno con Escipion el mayor, llegó hasta los tiempos de Escipion el jóven, que era hijo de aquél por adopcion, y natural de Paulo, el que subyugó á Perseo y los Macedonios.

A los diez años despues del consulado se presentó Caton á pedir la censura. Viene á ser esta dignidad el colmo de todos los honores y como el complemento del gobierno, teniendo además de otras facultades la del exámen de la vida y costumbres: porque no hay acto alguno de importancia, ni el casamiento, ni la procreacion de los hijos, ni el método ordinario de la vida, ni los banquetes, que se crea debe quedar libre de exámen y correccion para que cada uno se haya en ellos segun su deseo ó su capricho.

Así es que teniendo por cierto que en estos hechos más que en los públicos y en los relativos al gobierno se da á (1) Aludió en esto á que habiendo vivido tantos años, tenía que justificarse ante una generacion nueva.