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Plutarco.—Las vidas paralelas.

conocer la indole y carácter de los hombres, para que hubiera quien observara, celara é impidiera el que nadie se abandonase á los deleites y alterase el modo de vivir recibido y acostumbrado, elegian uno de los llamados patricios, y otro de los plebeyos. El nombre de éstos era el de Censores, y tenian facultad para privar de la dignidad ecuestre, y para remover del Senado al que vivia relajada y disolutamente. Tocaba tambien á 'óstos tomar conocimiento é inspeccionar el valor de las haciendas, y discernir las familias y ocupaciones por medio de la descripcion ó censo, y áun tenía otras muchas facultades esta magistratura. Por esta causa, luego que Caton se presentó á pedirla le salieron al encuentro, oponiéndose casi todos los más principales y distinguidos de los senadores; porque los nobles se consumian de envidia, creyendo que su clase se vilipendiaba con que hombres oscuros en su origen, se sublimaran por fuerza á la primera dignidad y poder; y por otra parte aquellos á quienes remordia la conciencia por su mala conducta, y por el olvido de las costumbres patrias, temian mucho la austeridad de aquél, por saber que sería inexorable y duro en el ejercicio de la autoridad:

con este objeto, pues, preparados y convenidos entre si, presentaron siete como contrarios y rivales de Caton en la peticion, lisonjeando á la muchedumbre con halagüeñas esperanzas, en el concepto de que esta querria ser mandada blandamente y á su placer. Mas Caton, por el contrario, no dió muestra de ninguna indulgencia, sino que al reves, amenazando á los malos desde la tribuna, y gritando que la ciudad necesitaba una gran limpia, pedía que si querian acertar, de los médicos no escogieran al más blando, sino al más determinado; y que éste era él mismo, y de los patricios solo Valerio Flaco; porque sólo con éste creia poder extirpar el regalo y la molicie, cortando y quemando como la cabeza de la hidra, cuando veia que cada uno de los otros precisamente habia de mandar mal, puesto