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Plutarco.—Las vidas paralelas.

porque habian perecido no pocos de los que se opusieron á los cuatrocientos. Los de Samos cuando lo entendieron, irritados de aquel proceder, pensaron en dar al punto la vela con direccion al Pireo, y llamando á Alcibiades, al que tambien nombraron general, le ordenaron que los condujese, y acabase con los tiranos; mas éste no se manejó ó condescendió como cualquiera otro que repentinamente se hubiera visto en tanta autoridad por el favor de algunos de sus conciudadanos, creyendo que debia complacer en todo, y no rehusar nada á los que de fugitivo y desterrado lo habían hecho presidente y general de tantas naves y de tamañías fuerzas; sino que como correspondia á un gran caudillo, hizo frente á los que sólo se gobernaban por la ira, y los contuvo para no cometer un desacierto; con lo que indudablemente salvó entonces la república. Porque si haciéndose al mar, se hubieran restituido á casa, infaliblemente los enemigos habrían quedado dueños sin fatiga de toda la Jonia, del Helesponto y de las Islas; y Atenienses habrian tenido que venir á las manos eon Atenienses, trayendo la guerra á su ciudad; lo que Alcibiades sólo impidió sucediese, no precisamente persuadiendo é instruyendo á la muchedumbre, sino yendo en particular á unos con ruegos y á otros con violencia. Sirvióle en esta ocasion Trasibulo Estirieo, yendo á su lado y gritando; porque, segun se dice, era el que tenía la voz más fuerte entre todos los Atenienses. Otra segunda accion brillante hubo tambien entónces de Alcibiades, y fué que babiendo ofrecido que las naves fenícias que estaban los Lacedemonios esperando, teniéndoselas prometidas el Rey, ó las atraeria en su favor, ó á lo ménos negociaria que no se uniesen con aquellos, sin dilacion navegó con este objeto; y se verificó que Tisafernes, aunque se apareció con las naves hácia Aspendo, no las unió, sino que engañó á los Lacedemonios; habiendo sido Alcibiades la causa de que no estuviese ni con unos ni con otros, y sobre todo de