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FILOPEMEN.

justamente se salvarian, habiendo abandonado á los enemigos un general que tanto habia expuesto su vida por ellos: fueron, pues, más adelante con gran diligencia, y ya tuvieron noticia de cómo habia sido cautivado; la que anunciaron á las ciudades de los Aqueos. Fué esta para todos de grandísima pesadumbre, y determinaron rectamar de los Mesenios á su general, enviando al intento una embajada, y entretanto se preparaban para la guerra.

Esto fué lo que hicieron los Aqueos; mas Dinocrates, temiendo en gran manera que en el tiempo mismo hallase su salvamento Filopemen, y deseando prevenir las disposiciones de los Aqueos, luego que fué de noche, y que la muchedumbre de los Mesenios se retiró, abriendo el calabozo hizo entrar en él al ministro público, y que llevando un veneno se le propinara, sin apartarse de alli hasta que le hubiese bebido. Estaba echado sobre su manto sin dormir, entregado al pesar y sobresalto; y cuando vió luz, y cerca de si aquel hombre que tenía en la mano la taza de veneno, incorporándose con mucho trabajo á causa de su debilidad, se sentó, y tomando la taza, le preguntó si tenía alguna noticia de sus soldados, y especialmente de Licorta. Respondióle el ministro que los más habian logrado salvarse; dió con la cabeza señal de aprobacion, y mirándole benignamente, «buena noticia me das, le dijo, pues que no todo lo hicimos desgraciadamente;» y sin deeir ni articular más palabra, bebió y volvió otra vez á acostarse. El veneno no encontró obstáculo para producir su efecto, pues estando tan débil, lo acabó muy pronto.

Luego que la noticia de su muerte se difundió entre los Aqueos, las ciudades todas cayeron en la afliccion y desconsuelo, y concurriendo á Megalópolis toda la juventud con los principales, no quisieron poner dilacion ninguna en el castigo, sino que eligiendo por general á Licorta, se entraron por la Mesenia, talando y molestando el paíshasta que, llamados á mejor acuerdo, dieron entrada á los