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Alcibiades.

tiempo de los misterios, por cuanto desde que se muró á Decelea, y los enemigos se apoderaron de los caminos de Eleusine, ningun aparato habia tenido la iniciacion, siendo preciso ir por mar; y así los sacrificios, los coros y muchas de las ceremonias propias del camino cuando se invoca á Yaco, se habian omitido por necesidad. Parecióle, por tanto, á Alcibiades que ganarian en piedad respecto de la Diosa, y en gloria respecto de los hombres, dando á la solemnidad la forma antigua, acompañando por tierra la pompa de la iniciacion, y pasando las ofrendas por entre los enemigos: porque ó haria estarse enteramente quieto á Agis, pasando por esta humillacion, ó pelearian una guerra sagrada y acepta á los Dioses por las cosas más santas y más grandes á la vista de la patria, teniendo á todos los ciudadanos por testigos de su valor. Luégo que se decidió por esta idea, y dió parte de ella á los Eumolpidas y á los heraldos, puso centinelas en las alturas, y desde el amanecer envió algunos correos. Tomando despues consigo á los sacerdotes, á los iniciados y á los provectos, y ocultándolos con las armas, los condujo con aparato y sin ruido; dando en esta especie de expedicion un espectáculo augusto y religioso, al que daban los nombrea de procesion sagrada, propia de los santos misterios, los que estaban exentos de envidia. Ninguno de los enemigos osó oponerse, y habiendo hecho la vuelta con igual seguridad, él mismo se engrió en su ánimo; y llenó de tanto orgullo al ejército, que se miraba como incontrastable é invencible bajo tal caudillo. A los jornaleros y á los pobres se los atrajo de manera que concibieron un vielento deseo de que dominara solo, diciéndoselo así algunos, y acercándose á él para exhortarle á que despreciando la envidia, se sobrepusiera á los decretos, á las leyes y á los embelecadores que perdian la ciudad, para poder obrar y manejar los negocios como le pareciese, sin temor de calumniadores.