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Plutarco.—Las vidas paralelas.

Inspiróle todavía á Pirro mayor codicia y empeño de tomar la ciudad esta venida de auxiliares; mas cuando vio que nada adelantaba, habiendo salido mal parado, desistió y se entregó á talar el país, haciendo ánimo de invernar allt; pero no podia evitar su hado. Habia en Argos division entre Aristeas y Aristipo, y teniéndose por cierto que Anlígono estaria de parte de éste, adelantóse Aristeas y llamó á Pirro á Argos; y éste, que sin cesar pasaba de unas esperanzas á otras, que do una prosperidad tomaba ocasion para otras varias, y que si caia queria reparar la caida con nuevas empresas, y ni por victorias ni por derrotas hacía pausa en mortificarse y ser mortificado, al punto levantó el campo y marchó á Argos. Púsole Areo asechanzas en diversos puntos, y tomando los más malos pasos del camino, derrotó á los Galos y á los Molosos que cubrian la retaguardia. Hablasele anunciado á Pirro por el agorero, con motivo de haberse encontrado las víctimas sin alguno de los extremos, que le amenazaba la pérdida de alguno de sus deudos; pero habiéndosele con la priesa y el rebato borrado de la memoria la prediccion, dió órden á su hijo Tolomeo de que con sus amigos fuese en auxilio de los que combatian; y él en tanto condujo el ejército, procurando sacarlo apriesa de las gargantas. Trabada con Tolomeo una recia contienda, y peleando coutra los suyos las tropas más escogidas de los Lacedemonios, acaudilladas por Eualco, un cretense de Aptera, llamado Oroico, gran acuchillador y muy ligero de piés, corrió de costado, y cuando Tolomeo peleaba con el mayor valor, le hirió y quitó la vida. Muerto Tolomeo y desordenada su gente, los Lacedemonios la persiguieron y vencieron; pero sin percibirlo se pasaron á la tierra llana, y quedaron desamparados de su infantería: entonces Pirro, que acababa de oir la muerte del hijo, y tenía el dolor reciente, cargó contra ellos con la caballería de los Molosos; y siendo él el primero en acometer, llenó de mortandad el campo; y