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Plutarco.—Las vidas paralelas.

las cosas precisas. La conduccion por mar de lo que el ejército habia menester, que antes era larga y costosa, la bizo fácil y breve. Porque tomando las bocas del Ródano con el oleaje del mar gran copia de tierra y mucha arena mezclada con cieno, la navegacion era trabajosa y tardía para los abastecedores. Empleando, pues, en aquel punto el ejér cito, mientras no tenía otra ocupacion, abrió un dilatado canal, y haciendo pasar á él gran parte del rio, to condujo por una ribera cómoda con bastante caudal para sostener buques grandes, y con una entrada al mar fácil y no ex. puesta & cegarse; y este canal todavía conserva el nombre que de él tomó. Hicieron los bárbaros dos divisiones de sus tropas; tocándoles á los Cimbros marchar contra Catulo por las alturas de los Alpes Noricos para vencer aquel paso, y á los Teutones y Ambrones el dirigirse contra Mario por la Liguria y la costa del mar. Fuéles preciso á los Cimbros prepararse y detenerse más; pero los feutones y Ambroces, partiendo aceleradamente, y atravesando el país que mediaba, se presentaron inmensos en número, feroces en los semblantes, y en la gritería y alboroto no parecidos á ningunos otros. Ocuparon gran parte de la llanura, y acampándose, provocaban á Mario á la batalla.

No hacía Mario cuenta de estas baladronadas, sino que contenia á los soldados dentro de los reales, castigando ásperamente á los atrevidos; y á los que se presentaban con ánimo de pelear por no poder contener la ira, les decia que eran traidores á la patria; porque la contienda con aquellas gentes no era para alcanzar triunfos ó para erigit trofeos, sino para apartar léjos semejante tormenta y tempestad, salvando de este modo la Italia. Así se explicaba en conflanza con los otros jefes y caudillos; pero á los soldados, manteniéndose en el valladar, les hacía por trozos que miraran a los enemigos, acostumbrándolos á ver aquellos semblantes, á oir aquella voz enteramente extraña y fiera y á enterarse de sus arreos y su táctica, para que con el