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Plutarco.—Las vidas paralelas.

alargaran la diestra á los ciudadanos, presentándose con sola la toga y sin lúnica en la plaza, bien fuera para mostrar mayor sumision en sus ruegos, ó bien para poner de manifiesto los que tenian cicatrices aquellos honrosos testimonios de su valor y fortaleza; pues no era por sospecha de distribucion de dinero ó de presentes el obligar á que el peticionario se presentara á sus conciudadanos desceñido y sin túnica, porque tarde y muy largo tiempo despues fué cuando se introdujo la corrupcion y la venta, y cuando el dinero se mezcló en las votaciones de los comicios; y ya desde entonces el soborno, habiendo contaminado los tribunales y los ejércitos, impelió la ciudad bácia el despotismo, cautivando las armas al dinero: pudiéndose asegurar que tuvo mucha razon el que dijo que el primero que disolvió la república fué el que dió banqueles é hizo distribucion de dinero al pueblo. Mas este daño parece que se fué deslizando á escondidas y poco á poco, y que no se manifestó de pronto en Roma: puesto que no sabemos quién fué el que primero bizo en aquella ciudad donativos á los tribunales ó al pueblo; cuando eu Atenas se dice haber sido el primero que dió dinero a los jueces Anito el de Antemion, acusado de traicion acerca de Pilo, ya hacia el fin de la guerra del Peloponeso; tiempo en que todavía en Roma dominaba en la plaza pública un linaje verdaderamente áureo é incorrupto.

Mostraba Marcio muchas cicatrices de gran número de combates en que habia sido herido en los diez y siete años seguidos que habia militado; lo que hacía mirar con respeto su valor, y unos á otros se habian dado palabra de designarle. Mas venido el dia en que habia de hacerse la votacion, como Marcio se hubiese presentado en la plaza pública acompañándole pomposamente el Senado, y pugnando todos los patricios por ponérsele alrededor, demostracion que jamás habian hecho con nadie, al punto la muchedumbre depuso la inclinacion que le tenía, pasando