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Marcio Cayo Coriolano.

en sufragios una muchedumbre pobre, jornalera, y poco cuidadosa del decoro. Despues de esto, abandonando el juicio de tiraala, para el que no tenian pruebas, trajeron á discusion el discurso de Marcio en el Senado, cuando se opuso al precio cómodo del trigo, y se empeñó en que se quitara á la plebe el tribunado. Acusáronle tambien de otro nuevo crimen, que fué la distribucion del botin que hizo en la comarca de Ancio, no habiéndolo presentado al público, y habiéndolo repartido á los que militaron con él; que se dice haber producido en Marcio grande trastornoporque de ningún modo lo esperaba: así cogido de repente, no le ocurrieron razones bastante persuasivas para hablar á la muchedumbre, y ántes con hacer el elogio de los que fueron de la expedicion, indispuso contra sí á los que no se haliaron en ella, que eran en mucho mayor número. Finalmente, dadas las tablas á las tribus, excedieron en tres las que le condenaban; siendo la pena destierro perpétuo.

Luego que esto se anunció al pueblo, salió de la plaza con un gozo y una satisfaccion cual no habia manifestado nunca despues de haber vencido á sus enemigos. Por el contrario, del Senado se apoderó una gran pesadumbre y abatimiento, arrepintiéndose y llevando muy á mal el no haberse expueslo á todo, ántes que consentir que la plebe los maltratase, autorizada con tan exorbitante facultad: de manera que para distinguirlos no habia entonces necesidad de atender al vestido ú otras insignias, sino que al instante se echaba de ver que el que estaba contento era plebeyo, y patricio el que se mostraba incomodado.

Solamente el mismo Marcio se mostraba sereno é imperturbable en su continente, en sus pasos y en su semblante; y mientras los demas sufrian, él sólo se ostentaba impasible; no por reflexion ó apacibilidad, ni porque estuviese resignado á lo que le sucedia, sino más bien agitado de ira y de impaciencia; lo que engaña á muchos, no entendiendo que aquello es otra forma de pesar. Porque