Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo IV (1880).pdf/118

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
120
Plutarco.—Las vidas paralelas.

en lugar de la de Fulvio, temiendo ya entonces Pompeyo la sublevacion, trabajó abiertamente por sí y por sus amigos para que se le diera á César sucesor en el gobierno; y le envió á pedir los soldados que le habia prestado para la guerra de la Galia. Envióselos éste, habiendo agasajado á cada soldado con doscientas y cincuentas dracmas; pero los que se los trajeron á Pompeyo esparcieron en el pueblo especies injuriosas y nada lisonjeras contra César, y al mismo Pompeyo le engrieron con vanas esperanzas, haciéndole entender que era deseado en el ejército de César; y que si en Roma encontraba obstáculos y dificultades por la envidia, y por los recelos que siempre trae el gobernar, aquellas fuerzas las tenía prontas, y sólo con que pusiese el pié en Italia, al punto se pasarian á su partido: pues Lan molesto habia llegado á hacerse César generalmente al soldado, y tan sospechoso de que aspiraba á la lirania.

Pompeyo con estas relaciones se llenó de orgullo, y desatendiendo el arreglo y órden del ejército, como hombre que no tenía por qué temer, en sus expresiones y sus dietámenes se declaraba contra César, manifestando su ánimo de hacer que se le derribase; pero á éste se le daba bien poco; y se dice que estando uno de los cabos de su ejército á la puerta del Senado, y oyendo que no se prorogaria á César el tiempo de su mando, dijo: «Pucs esta se lo prorogará,»» echando mano á la empuñadura de su espada.

Con todo, la pretension de César tenía la más recomendable apariencia de justicia: porque proponía dejar por su parte las armas, y que haciendo otro tanto Pompeyo, ambos pusieran su suerte en manos de los ciudadanos, pues de otra manera, quitando las provincias al uno, y confirmando al otro el poder que tenía, á aquél lo abatian, y á éste le preparaban los caminos de la tiranía. Habiendo hecho esta misma proposicion ante el pueblo Curion, tribuno de la plebe, á nombre de César, fué muy aplaudido; y áun