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Plutarco.—Las vidas paralelas.

bárbaros, sino por haber acabado enteramente con los bijos y la familia del mejor de los Romanos, oprimido de la fortuna, ostentaba aquella pompa; y no parecin bien que así insultase á las calamidades de la patria, complaciéndose en hechos cuya única defensa ante los Dioses y los hombres podia ser el haberse ejecutado por necesidad; así es que antes ni habia enviado mensajeros ni escrito de oficio por victoria alcanzada en las guerras civiles, como si de vergüenza rehusase la gloria de tales vencimientos.

Con todo, cediendo ya á la fortuna de este hombre y recibiendo el freno, como tuviesen el mando de uno solo por alivio y descanso de los males de la guerra civil, le declararon dictador por toda su vida; lo que era una no encubierta tirania, pues que á lo suelto y libre del mando de uno solo se juntaba la perpetuidad. Ciceron en el Senado hizo la primera propuesta acerca de los honores que se le dispensarian, y estos eran tales que no excedian la condicion humana; pero añadiendo los demas exceso sobre exceso, por querer competir unos con otros, hicieron que el objeto de tales honores se hiciera odioso é intolerable áun á los más sufridos por la extrañeza y vanidad de los honores decretados; en la cual contienda no anduvieron más escasos que los aduladores de César los que le aborrecian, para tener despues más pretextos contra él, y á fin de que pareciese que por mayores cargos se movian á perseguirle; sin embargo de que en lo demas, despues de haber puesto fin á las guerras civiles, se mostró irreprensible; y así parece que no fué sin razon el haber decretado en su honor el templo de la Clemencia, como prueba de gratitud por su bondad. Porque perdonó á muchos de los que habian hecho la guerra contra él, y áun á algupos leg concedió honores y magistraturas, como 'á Bruto y Casio, que ambos eran pretores; ni miró con indiferéncia el que las imágenes de Pompeyo yaciesen derrocadas por el suelo, sino que las levantó; sobre la cual dijo Ciceron que