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Plutarco.—Las vidas paralelas.

quede de su padre; pero si sigue como ahora no le alcanzará nada,» A Antipatro, que queria valerse de él para una cosa injusta, le respondió con dureza: «No puede Antipatro valerse á un tiempo de mi como amigo y como adulador.» Refiérese que Antipatro solia decir, que teniendo en Alenas dos amigos, Focion y Demades, del uno no habia podido recabar nunca que recibiese nada, y al otro no habia podido nunca contentario; y es que Focion ostentaba como una virtud la pobreza, en la que habia envejecido, habiendo sido tantas veces general de los Alenienses y contando reyes entre sus amigos; y Demades hacía gala de ser rico, áun á costa de injusticias, y cometiéndolas de intento. Pues estando entónces mandado por ley en Atenas que en los coros no hubiera forasteros, ó el jefe pagara mil dracmas, compuso un coro todo de extranjeros hasta el número de ciento, y al mismo tiempo presentó en el teatro la multa de mil dracmas por cada uno. Al tiempo de casar á su hijo Demea, le dijo: «Cuando yo me casé con tu madre ni siquiera lo entendió el vecino; pero para tu boda contribuyen reyes y poderosos.» Instaban á Focion los Atenienses para que los libertara de la guarnicion, hablando para ello á Antipatro; pero bien fuese por no tener esperanzas de conseguirlo, ó bien porque viese al pueblo más moderado, prudente y subordinado por el miedo, siempre rehuso aquella legacion: aunque en cuanto a las contribuciones obtuvo de Antipatro que tuviese espera y concediese plazos. Cansados, pues, recurrieron á Demades, el cual se mostró pronto; y tomando consigo al hijo, llegó á la Macedonia, conducido sin duda por algun mal Genio, precisamente al tiempo en que, hallándose ya enfermo Antipatro, Casandro babia tomado el mando, y habia encontrado una carta de Demades dirigida á Antígono al Asia, en la que le rogaba se apareciese á los Griegos y Macedonios, que estaban colgados de un hilo viejo y podrido, mordiendo de este modo á Antipatro. Así