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Plutarco.—Las vidas paralelas.

árbitro y testigo á Caton, y llevando el dinero se lo presentan; mas al fin otorgan una escritura á su favor, porque queria más bien admilir fianzas que encargarse de aquellas sumas. Cuando vino el dia de la eleccion se poso Caton al lado del tribuno que la presidia; y atendiendo á la votacion, descubrió que uno de los del depósito se habia valido de malos medios, y mandó que su depósito se adjudicara á los otros; pero ellos, celebrando y admirando su rectitud, condonaron la multa, teniendo por bastante satisfaccion del agravio la que habian recibido. Mas Caton con esto mortificó á los demas ciudadanos principales, y se atrajo grande envidia, como que se arrogaba las facultades del Senado, del tribunal y de los magistrados; y es que la fama y opinion de justo expone más á la envidia que la de ninguna otra virtud, á causa de que da poder y conflanza para con la muchedumbre; pues no sólo le honran como á los esforzados, y le admiran como á los prodentes, sino que á los justos los aman, á ellos se entregan, y en ellos conflan; y de aquellos á los unos les temen y de los otros se recelan. Fuera de esto, el mérito de aquéllos creen que es más de constitucion física que de la voluntad, graduando la prudencia de prontitud de ingenio, y la fortaleza de robustez del ánimo; y no necesitándose más para ser justo que querer serlo, se avergüenzan los hombres de la injusticia, como de un vicio que no admite disculpa.

Hacian por tanto la guerra á Caton todos los próceres, como reprendidos por su conducta; y Pompeyo, que en la gloria de aquél creia ver la ruina de su poder, andaba siempre buscando personas que le desacreditasen; de las cuales era una Clodio el Demagogo, que, unido otra vez con Pompeyo, levantaba el grito contra Caton, diciendo que en Chipre habia ocultado grandes cantidades, y que tenía guerra declarada á Pompeyo porque habia tenido á ménos casarse con su hija. Mas Caton contestaba que habia reco-