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PLUTARCO.—LAS VIDAS PARALELAS.

iando además qué culto y qué expiacion correspondia á cada uno de los Dioses. Era tambien superintendente de las virgenes sagradas que se llaman Vestales; atribuyéndose á Numa la consagracion de estas virgenes veelales, y en general todo lo relativo al cuidado y veneracion del fuego inmortal de que son guardas; ó porque se llevase la idea de confiar la esencia pura é incorruptible del fuego á unos cuerpos limpios é incontaminados, 6 porque se quisiese poner al lado de la virginidad un sér infructifero é improductivo; pues en la Grecia, donde hay fuego inextinguible, como en Delfos y en Atenas, no son virgenes, sino mujeres que ya están fuera del estado del matrimonio las que tienen este cuidado. Si por alguna casualidad llega á faltar, como en Atenas se dice haberse apagado la lámpara sagrada bajo la tiranía de Aristeon, y en Delfos incendiado el templo por los Medos, y en los tiempos de la guerra de Mitridates y de la guerra civil haber desaparecido el fuego juntamente con el ara; si falta, pues, dicen que no debe encenderse de otro fuego, sino bacerse fuego nuevo ó reciente, encendiendo al sol una llama pura y no contaminada. Enciéndenlo principalmente con unos vasos hechos con lados iguales y excavados, digámoslo asi, en forma de triánguło rectángulo, viniendo de la circunferencia á unirse en un centro. Cuando uno de estos vasos se pone vuelto al sol, de manera que los rayos que se recogen por todas partes se reunen y acumulen en el centro, divide el aire enrareciéndolo, y prontamente por medio de la reflexion enciende las materias ligeras y secas que se le aplican, tomando los rayos en esta disposicion un cuerpo inflamado. Algunos ereen que las vestales niogun otro destino tienen que el de guardar este fuego; pero otros dicen que hay allí otros misterios encerrados, de los que en la Vida de Camilo decimos hasta dónde es lícito, ó preguntar, 6 hacer conversacion.

Dicen que primero fueron consagradas por Numa Gega-