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ARATO.

estatua de bronce, grabando estos versos alegíacos:

Tus consejos, desvelos y trabajos, Y por la Grecia tus ilustres hechos, En las columnas de Hércules resuenan.

Nosotros á este suelo restituidos, Ok Arato, á los Dioses salvadores Tu bienhechora imágen consagrames, De tu virtud en grato testimonio, Porque á tu patria los divinos bienes De la igualdad y la concordia diste.

Hechos por Arato estos tan señalados servicios, púsose por ellos fuera de la envidia que de sus coneiudadanos padiera venirle; pero el rey Antigono, inquieto á causa de él, y queriendo ó atraerle del todo á su amistad, ó calumniarle en el ánimo de Tolomec, le hizo otros obsequios que él no admitia gustoso, y habiendo sacrificado á los Dioses en Corinto, envió á Arato parte de las víctimas á Sicione; y en la cena, siendo muchos los convidados, habló de este modo en medio de ellos: «Yo estaba en el concepto de que ese jóven Sicionio sólo era por indole liberal y amante de sas ciudadanos; pero parece que es tambien un exeelente juez de la conducta y de los intereses de los reyes, porque ántes me miraba con indiferencia, y poniendo fuera de aquí sus esperanzas, admiraba la riqueza egipcia al oir hablar de elefantes, escuadras y palacios; pero ahora bebiendo visto por dentro todas estas cosas, que no son más que faraa y aparato, enteramente se ha unido á mi. Tómole, pues, bajo mi proteccion con resolucion de valerme de él para todo, y deseo que vosotros le tengais por amigo..

Tomando pié de esta conversacion los malignos y los envidiosos, anduvieron á competencia para escribir á Tolomeo mil infamias contra Arato, hasta el punto de que este Rey le envió las quejas. ¡Tal era la envidia y perversidad