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Plutarco.—Las vidas paralelas.

daran y guardaran, bajo la inteligencia de que Arato era á quien habrían de dar cuentas; y reservadamente mandó á tratar con este á Tripulo y á su padrastro Megístono, ofreciéndole, además de otras cosas, doce talentos de pension ápua, excediendo en otra mitad á Tolomeo; porque éste le enviaba seis talentos cada año. Su solicitud era que se le nombrase general de los Aqueos, y custodiar en union con ellos el Acrocorinto; pero respondiéndole Arato que él no dominaba la liga, sino que era de ella dominado, y pareciéndole que esto tenía aire de burla, invadió al punto el territorio de Sicione, talándolo y arrasándolo, y por tres meses estuvo sobre la ciudad, aguantándolo Arato, y estando perplejo sobre si accederia á la proposicion de Antigono de entregarle el Acrocorinto; pues de otro modo no se prestaba á darle auxilio.

Congregándose, pues, los Aqueos en Egio, enviaron á llamar all á Arato, y la salida era peligrosa teniendo Cleomenes bloqueada la ciudad. Detenlanle de otra parte con ruegos sus conciudadanos, diciéndole que no era razon arriesgara su persona estando tan cerca los enemigos; pendian asimismo de su cuello las mujeres y los niños, abrazándole y llorando como por el padre y salvador de todos. Mas sin embargo, alentandolos y consolándolos, marchó á caballo á la marina con diez de sus amigos y su hijo que aún era mocito, y embarcándose en buques que estaban allí al ancla, le condujeron á Egio á la junta pública, en la que decretaron llamar á Antígono y entregarle el Acrocorinto, sobre lo que le envió Arato su hijo con los demas rehenes. De resulta de esto, l'evándolo muy á mal los Corintios, le saquearon cuanto tenía, y de la casa hicieron donacion á Cleomenes.

¡Cuando ya Antígono se acercaba con su ejército, que era de vente mil infantes macedonios y de mil y cuatrocientos caballos, fué Arato con los empleados por la parte de mar á recibirle á Pegas, sin que lo entendiesen los enemi-