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ARATO.

[ 1 } [ 1 ABATO.

325 que hubieran hecho donacion á Antígono de Corinto, como pudieran de una miserable aldea; de que despues haber saqueado á Orcómeno, le permitieron poner en ella guar nicion macedoniana; de haber decretado que no escribi rian ni enviarian embajada á ningun otro rey, si Antigono no queria, y de tener que sustentar y pagar sueldo á los Macedonios. Dispusiéronse sacrificios, libaciones y juegos en honor de Antígono, habiendo sido los primeros los ciudadanos de Arato que le recibieron en la ciudad, dándole ésle hospedaje; así todo se lo atribuian, no haciéndose cargo de que habiendo puesto en manos de aquél las riendas, siendo arrastrado del Impetu de la autoridad real, Arato no era ya dueño sino de sola su voz, que áun corria peligro en la franqueza, y no podia dudarse que habia oosas que le mortificaban, como fué lo de las estatuas.

Porque Antigeno en Argos levantó la de los tiranos que habian sido echadas por tierra, y derribó por otra parte las de los que lomaron el Acrocorinto, á excepcion de sola la suya; y por más que en cuanto á estas le hizo ruegos, nada pudo alcanzar. Parece tambien que no pudo ser cosa griega lo que los Aqueos ejecutaron con Mantinea, porque apoderándose de ella con las fuerzas de Anlígono, á los más distinguidos y principales ciudadanos les quitaron la vida; de los demas á unos los vendieron, y á olros los enviaron aprisionados con grillos á Macedonia; y á los niños y mujeres los esclavizaron. Del dinero que se recogió le dieron la tercera parte, y las dos restantes las distribuyeron á los Macedonios. Mas esto pudo en algun modo excusarse por la ley de la venganza; pues aunque siempre es terrible maltratar así por encono á sus compatriotas y deudos, en la necesidad se hace dulce y no duro, segun Simónides, dando como cierto alivio y desahogo al ánimo doliente é inflamado; pero lo que despues se ejecutó no hay como Arato lo atribuya á ningun motivo, ni honesto, ni de precision; porque recibiendo de Antígono los Argi-