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Plutarco.—Las vidas paralelas.

riento; luego á todo el que tiene calentura se le ha de dar de beber frio:» que con esto se habia quedado aturdido aquel hombre sin hablar palabra; y celebrándolo el hijo de Antonio, se habia echado reir, y le dijo: «Todas aquellas cosas, oh Filolas, te las doy de regalo» (señalando un aparador lleno de muchas y preciosas piezas de plata); que ét le agradeció el buen deseo, estando muy distante de pensar que aquel jóven pudiera lener facultad de hacer un presente tan cuantioso; pero de allí á poco tomó todas las piezas uno de los criados, y se las llevó en un canasto, diciendo que lo sellase por suyo; que él lo repugnó y temia recibirlo; pero el criado habia replícado de esta manera: «Miserable, ¿en qué te detienes? ¿no sabes que el que te lo regala es hijo de Antonio, y que podria darte otras tantas piezas de oro? Aunque si á mí me erees, lo mejor será que no las cambies á dinero, porque quizá el padre deseará algunas de estas piezas por ser obra antigua y de primorosa hechura.» Deciame, pues, mi abuelo que Filolas hacía frecuente esta relacion.

Cleopatra, usando de una adulacion no cuádruple, como dice Platon, sino multiplice, ora Antonio estuviese dedicado á cosas sérias, ora para juegos y chanzas, siempre le tenia preparado un nuevo placer y una nueva gracia con que le traia embobado, sin aflojar de día ni de noche. Porque con él jugaba á los dados, con él bebia y con él cazaba; siendo su espectadora si se ejercitaba en las armas.

Cuando de noche se acercaba á las puertas y ventanas de los particulares para hacer burlas á los que se hallaban dentro, ella tambien corria con éli las calles, y le acompañaba, lomando el traje de una esclava, porque él se disfrazaba de la misma manera; de aqui es que siempre se retiraba, habiendo sufrido por su parte algunas burlas, y á veces hasta golpes; lo que á muchos los inducia á sospechar de él. Con todo, los Alejandrinos no dejaban de divertirse con su humor festivo, y de usar de chanzas y jue-