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VIDA Y FILOSOFIA DE LEIBNITZ

VIDA Y FILOSOFIA DE LEIBNITZ de un estado interior a otro. Y en ese esfuerzo de tránsito tiende la mónada hacia un estado más perfecto, o, lo que es lo mismo, a más y más clara percepción. Así la ley de las apeticiones es la causa final. La metafísica, como hemos visto, sirve de sustentáculo al mecanicismo físico; ahora vemos la causa final sirviendo de fundamento a la eficiente. La conciliación de los contrarios, la halla Leibnitz en un esfuerzo de profundidad. Este eclectismo en el buen sentido—es una de las características de su filosofar.

La armonía preestablecida.

La teoría de las mónadas plantea el problema de sus relaciones, o, en otros términos, el de la comunicación de las substancias. Por otra parte, la filosofía de Descartes había propuesto a la meditación filosófica la grave cuestión de las relaciones del alma con el cuerpo. Pronto vió Leibnitz que esta cuestión era un caso particular del problema universal de la comunicación de las substancias.

En esa universalidad lo atacó y lo resolvió, con su famosa hipótesis de la armonía preestablecida.

Las mónadas son fuerzas activas, se hallan en un proceso de evolución interna, en un tránsito de percepción a percepción. Pero las mónadas "no tienen ventanas", no ejercen unas sobre otras un influjo directo. ¿Cómo, pues, concuerdan todas en la armonía del universo? La solución de Malebranche, conocida bajo el nombre de teoría de las