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VIDA Y FILOSOFIA DE LEIBNITZ15

VIDA Y FILOSOFIA DE LEIBNITZ causas ocasionales supone que Dios, inmediatamente y de continuo, se emplea en concordar las determinaciones del alma y del cuerpo—o, en general, de las substancias y sus relaciones recíprocas—, de manera que haya siempre armonía entre ellas. Esta solución es inaceptable; consiste en un milagro perpetuo, introduce un Deus ex machina, arruina todo intento de explicación racional, científica, mecánica del aniverso. Mas si es cierto que el mecanicismo y la física han de hallar su complemento en la metafísica, no por eso deja de tener la explicación mecánica, en el detalle concreto, su legítimo uso. La metafísica da cuenta de la física mecánica, considerada en bloque y conjunto; pero el detalle de la naturaleza debe ser explicado por las leyes de la naturaleza, leyes físicas, mecánicas, geométricas. No, pues, de continuo e inmediatamente hace Dios que concuerden las determinaciones de las mónadas, sino que de una vez las ha creado con leyes tales de desenvolvimiento, que, al ajustarse cada cual a la suya, se ajusta a la concordancia universal. Existe entre las substancias una armonía preestablecida; todas representan en sus percepciones el mismo universo, desde su punto de vista y sin directo influjo de una sobre la otra. Las modificaciones de una repercuten en todas las demás. Cada móniada encierra en los repliegues de sus percepciones —confusas, obscuras o distintas y claras—la historia del universo y el arcano del porvenir. Y quien pudiera desenvolver todo lo implícito, leería no sólo