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NUEVO SISTEMA

Descartes han penetrado en la dificultad al indicar lo que hay en ella de imposible; pero no parece que la hayan resuelto al explicar lo que, según ellos, sucede efectivamente. Es muy cierto que no hay influjo real de una substancia creada sobre otra, en rigor metafísico, y que todas las cosas, con todas sus realidades, son de continuo producidas por la virtud de Dios; pero para resolver problemas no basta hacer uso de la causa general e introducir el llamado Deus ex machina. Pues si se hace esto, sin otra explicación sacada de las causas segundas, es propiamente recurrir al milagro.

En filosofía hay que procurar dar razón, exponiendo la manera como las cosas se ejecutan por la divina sapiencia, conforme a la noción del sujeto de que se trata.

14. Obligado, pues, a aceptar que no es posible que el alma ni ninguna otra substancia verdadera pueda recibir algo de fuera, a no ser mediante la divina omnipotencia, fuí poco a poco inclinándome a una opinión que me sorprendió, pero que parece inevitable, y que en realidad tiene muchas ventajas y muy considerables bellezas. Y es que deberá decirse que Dios ha creado originariamente el alma o cualquier otra unidad real, de tal suerte, que todo nazca en ella de su propio fondo, por perfecta espontaneidad, y, sin embargo, con perfecta conformidad a las cosas de fuera. Y que así, no siendo nuestros sentimientos interiores es decir, los que están en el alma misma, y no en el cerebro ni en las partes sutiles del cuerpo—sino fe-