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NUEVO SISTEMA

curso de los espíritus animales, y que así suceden los movimientos voluntarios. Cierto que no se metió en explicar cómo el alma se las arregla para cambiar el curso de los cuerpos, siendo este cambio tan inconcebible como la afirmación de que les da movimiento, a menos que, conmigo, no se recurra a la armonía preestablecida; pero hay que saber que existe otra ley de la naturaleza, descubierta y demostrada por mí, y que Descartes desconocía; y es que se conserva no sólo la misma cantidad de fuerza motriz, sino, además, la misma cantidad de dirección, cualquiera que sea el lado que se tome en el mundo. Es decir, llevando una línea recta cualquiera y tomando cuerpos cualesquiera y cuantos quiera, hallaréis, considerando todos esos cuerpos juntamente, sin omitir ninguno de los que actúan sobre uno de los que hayáis elegido, que habrá siempre la misma cantidad de progreso del mismo lado en todas las paralelas a la recta elegida, teniendo en cuenta que hay que valuar la suma del progreso, sustrayendo el de los cuerpos que van en sentido contrario al que llevan los cuerpos que van en el sentido elegido. Esta ley, que es tan hermosa y tan general como la otra, no merecía tampoco ser violada, y ello se evita por mi sistema, que conserva la fuerza y la dirección, y, en una palabra, todas las leyes naturales de los cuerpos, no obstante los cambios que se hacen en ellos a consecuencia de los del alma.